15.07.08Recuerdo cuando jugaba en el columpio de mi casa, era amarrillo con dos asientos, con tubos pintados, son sillón de maderita y hoyitos de hierro para entrar la cadenita. Aun no sé cuál fue el día que me levante con el ahí, solo sé que me divertía no sé que me pasa con el viento, fuinnnnnnnn fuannnnnnnnnnnnnnn adelante y atrás, más rápido o más lento, pareciera que jugaba con mi pelo a peinarme y despeinarme, pero eran esos momentos de soñar en el que volaba como los pájaros, como el colibrí moviendo sus alitas, así también con el fuin bajaba y con el fuan subía... tan solo recuerdo que jugaba.
El columpio tenia múltiples funciones también lo convertía en el súper mercado, era el lugar donde se pagaba, ahí llevaba las verduras, los tomates y las carnes, mis antojitos, lo saladito, se pagaba todo y hasta sobraba para un heladito.
También era el confesionario de niñas primas locas por la vida, no comprendía lo que pasaba solo se sentaban y sonaban caminando por lo desconocido, descubriendo nuevos horizontes, y recordando episodios del pasado de su corta vida. Brincaban y se balanceaban también se convertían en monitas, aunque era un columpio podría tornar las formas que aquellas niñas querían.
Después lo pintamos de azul, también me acompaño a darle la bienvenida a un ser humano, un milagro de amor, que más pronto le enseñó lo que era volar con el fuiiiiiiiiiinnnnnn y con el fuannnnnnnnnn. Azul era todavía cuando su piel caía, perdíamos los asientos pero luego lo reconstruían. Nos recordaba sus inicios pues abajo del azul el amarillo tenia, recordándonos que pasaban los anos y el también ya casi se iba.
Una tarde de verano, mientras me mecía me emocione mientras subía y olvide que ya muchos anos tenia, esta vez sonó diferente, no era el fuinnn que bajaba ni el fuannnnnn que subía, esta vez era un PUM porque se rompía!!!, Caí sentada en el suelo lleno de arena pronto baje mi cabeza, solo veía como cojo se mecía, me reía pero me dolía, aquel multifacético artefacto que a soñar me había enseñado ya se moría.
Pronto solo quedaba una silla, que amarilla se volvía, otro día también a uno tumbaba, llegaba su final, mas yo todavía no me despedía...
Llego aquel día, en donde solo sus huesos parados estaban, ese día lo mire y mis lagrimas caían refrescándome las mejillas del calor que hacia, ya llegaba el momento donde sacar sus piernas debía, ya me había enseñado las dos cosas más importantes de la vida.... ese día me despedí pero le dije que jamás lo borraría... y hoy cuando no veo o no siento, solo recuerdo lo libre que se sentía cuando al fuin bajaba y al fuan subía.... (20.05.07)
